El escenario actual:

Nuestra generación ha visto la acelerada expansión del número de camas de pacientes críticos en Hospitales y Clínicas, hoy el país tiene cerca de 100 UCIs, no obstante lo anterior  la cifra de camas por habitante aún no satisface los estándares de país a los que se aspira,  entonces el fenómeno tiene por único destino posible el persistir.

En contraste la formación de médicos y enfermeras entrenados en el área ha sido contumazmente lenta y por ello nuestra relación especialistas/camas es marcadamente adversa, particularmente en regiones. Huelga comentar que si se fuera riguroso  -como se es por ejemplo en aeronáutica-  en establecer cuántas son  las horas de desempeño eficiente  y viable que cada uno de estos  profesionales debe ejercer, más de un centro se vería en la necesidad de cerrar sus unidades hasta poder reclutar un  equipo fresco de profesionales para que operasen ese servicio.

Por su parte nuestra población, grupo activo y ojalá protagonista en el tema,  se informa y sus expectativas en torno a la atención y cuidados de salud crecen  a ojos vista.

La respuesta más concreta por parte del sistema ha sido la construcción de hospitales y de UCIs, pero la respuesta mas sutil  que es la provisión de profesionales competentes y desarrollo de sistemas de trabajo adecuados para operarlas fue quedando en deuda.

 

¿Cómo dotaremos al sistema de especialistas  y operadores en turnos?

…sobre ese  tema nos reuniremos a debatir en el próximo encuentro de Jefes de UCIs a realizarse el 6 y 7 de Diciembre en Santiago, por iniciativa de la Dirección Gral de Redes Asistenciales de MINSAL y la comisión nacional de medicina Intensiva, integrada por destacados lideres de nuestra medicina Intensiva.

Allí acudirán los diversos agentes involucrados en la tarea, estarán representadas las unidades públicas del país, lo estará  CONACEM, ASOFAMECH, Comisión de acreditación del ministerio de Educación, APICE y otros.

La idea es plasmar allí algunas estrategias orientadas al objetivo que es  acelerar la corrección de esta debilidad,  en esta tarea probablemente  habrá que transar algunas formalidades, que hasta aquí han entrabado el avance hacia la solución de esta deuda.

El modelo más  accesible  contempla  que la conducción de las UCIs sea ejercida por especialistas en la disciplina, y en complemento la operación de los turnos se ejecutará por  médicos  entrenados y capacitados en las buenas prácticas sobre pacientes críticos. Esta segunda situación puede ser parte del desempeño laboral de un anestesista,  un cirujano, ó un internista con cualesquiera subespecialidad  y pediatras en su área; eventualmente la tarea la hará  un médico general que haya cumplido un período de entrenamiento específico de conocimientos y habilidades, siendo esto parte de su carrera hacia la obtención de una especialidad.

Todo este esquema debe ser apoyado por una malla de refuerzo académico sistematizado, con fases a distancia y presenciales, talleres y cursos que  mantengan a los profesionales al día y estimulados intelectual y profesionalmente.

 

Acreditación y reacreditación:

La gran novedad del siglo XXI es el veloz ritmo de cambio, incluído el conocimiento, así  un profesional que descuida su puesta al día puede quedar fuera de la práctica vigente en plazos llamativamente cortos.

Nuestro país ha asumido la disciplina de estandarizar capacidades a través de la acreditación y reacreditación de especialidades médicas.

Una gran mayoría de nuestros profesionales han puesto al día su condición de especialistas. Mas aún la ley contempla un plazo para cumplir reacreditación, pero no explicita el modo de acceder a ésta.

La costumbre vigente para satisfacer esta necesidad ha sido la asistencia  a cursos, diplomados y congresos, los cuales hoy día en Chile existen en  importante número,  teniendo niveles variables de duración, objetivos, contenidos, exigencia, modos  y medios de apoyo, siendo variable la  consistencia del aprendizaje allí reunido.

 

Sistematizando la Educación médica contínua.

La compatibilización de estas multiples iniciativas  bajo algunos  principios  puede acercarnos a que esta generosa oferta académica se comporte como una gran unidad, que se potencie mutuamente, en que no obstante exista una sana competencia  puedan ser sinérgicas, para que nuestros profesionales vayan construyendo su ruta de capacitación en cada período de tiempo.

Entre estos principios destacan: programa hecho público, componentes del comité organizador con  status docente, modularización por las áreas de competencia  que se desea instruír, control de asistencia,  calificación voluntaria post evento para certificación, bibliografía disponible, y concediendo ponderación a la extensión en horas de la actividad, a la existencia de documentos escritos ó audiovisuales de respaldo, y foro de debate para refuerzo  de los contenidos entre otros.

Nosotros fervientemente creemos que la EMC concebida como se ha expuesto, adjudicando créditos acorde a la ponderación de las actividades realizadas, será un poderoso medio para asegurar la puesta al día contínua de nuestro prestigioso cuerpo de profesionales, y será un sólido componente de los antecedentes para las reacreditaciones.

 

Cuidando el recurso Humano:

La pérdida de talentos ha sido la tónica en Medicina Intensiva  en estas décadas pasadas, los pesados sistemas de turnos, la presión técnica, la crudeza de las patologías que se manejan, los  sueldos limitados, el atractivo de hacer carrera en especialidades individuales más rentables y la protección de la estructura familiar han hecho estragos con las cortas carreras de enfermeros (as)  y médicos.

En respuesta a esto, tiene sentido aspirar a que la especialidad  sea reconocida como especialidad en falencia y acceder así a los beneficios de esa condición, hasta que el problema esté razonablemente resuelto en el país.

También tiene sentido aspirar a que un especialista de carrera tenga incentivo diferenciador por detentar esta condición, y aspirar a que se generen espacios adecuados para el desempeño diurno de la especialidad para profesionales que han cumplido el período de turnos.

Tema no menor es fomentar la co especialidad para residentes, instancia que históricamente descomprime la carrera en sus etapas avanzadas, y aporta especialmente para regiones  soluciones polivalentes para el déficit de especialistas, a modo de ejemplo una pareja de un anestesista urgencista y una nefróloga intensivista que se incorpore a un Hospital soluciona cuatro necesidades con dos profesionales.

 

Concluyendo

Magníficos  desafíos  hacen que la tarea hecha hasta ahora sea solo el posicionamiento inicial para luego ponernos en acción para afianzar la atención de nuestros pacientes críticos, y dar soporte a la formación contínua de nuestros colegas, innovando en  llegar con contenidos consistentes y organizados a todos los rincones del país, y de la región.