Se define como dispersa – es capaz de no tomar un avión o llegar un día antes a tomarlo-, pero para quienes la conocen es una persona energética, jugada y apasionada con lo que cree, no por nada hoy es reconocida como la defensora de quienes no quieren contaminar el aire que respiran con el humo del tabaco.

En Terra logramos “atraparla” a su llegada de un Congreso Internacional realizado en San Francisco, Estados Unidos. Así develamos los secretos de esta médico internista, broncopulmonar, presidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias (SER), académica de la Facultad de Medicina de la U. Andrés Bello, especialista en medicina intensiva en el Hospital de la FACH y Secretaria General de la Sociedad Médica de Santiago. 

¿Doctora cómo logra compatibilizar sus roles de mujer, madre, profesional y de abanderada contra el cigarrillo?

Es la pregunta más difícil que puedo responder. Siendo muy pragmática, siento que las personas se mueven por objetivos o metas que tienen que ver con su propia satisfacción y que en la medida que si haces algo que sientes que trasciende, lo haces con tantas ganas y energía, que no te das cuenta si el día tiene 24 o 40 horas. Trabajo, en número de horas, mucho más que cualquier persona que conozco, pero siento que lo que hago compensa cualquier déficit que pueda tener en mi carrera profesional. Un médico puede ser buen clínico, docente o investigador, y creo que no tengo nada de eso, pero he asumido con entusiasmo el rol de organizadora, y con eso aporto y me siento útil para mi país.

Pero, ¿cómo hace que le alcance el tiempo para todo?

Tengo un nivel de control de la situación que es permanentemente apoyado por otras personas. En mi casa he estado muy ausente, esa es una pena que muchas mamás que trabajamos tenemos, pero si a algunos niños les tocan mamás temporeras que se alejan por unos meses, bueno, a mis hijos les tocó una mamá que pasa las noches dentro de una UTI. Creo que en la vida, uno tiene que confiar en las personas que lo rodean, mi casa la organiza Llanet. Mientras que en la SER, mi mayor fortaleza es Jeanette Quilodrán que es un ejemplo de actitud positiva. En la UNAB mi mano derecha es Erica Contreras y en la SMS están Joan y Claudia. A todas les debo gratitud, ya que para embarcarse en propósitos arriesgados alguien debe cuidar que la vida este organizada.

¿Cómo es su relación con sus hijos?

Los tres han sido muy apoyadores en todo lo que he hecho. Yo nunca les hice una tarea, ellos tuvieron las armas para decidir y hacer sus cosas, estuvieron en un buen colegio. Está Ignacio que tiene 21 años, es muy organizado, estudioso, es muy mateo. Él es rugbista y al salir de cuarto medio, me preguntó si podía tomarse un año para dedicarse al rugby y después dar la PSU, le dije que bueno. Él jugó con su grupo de rugby del colegio y salió segundo en el campeonato nacional, fue feliz, y al año siguiente estudió como loco para la prueba y quedó en Derecho en la U. de Chile. Con esto quiero decir que para mí, la confianza en las personas es una transacción que vale y tiene proyecciones a largo plazo. 

¿Y sus otros dos hijos?

Tomás tiene 19 años y es artista, hace graffitis, diseña. En tercero medio decidió salirse del Saint George porque dijo que el colegio no encajaba con su personalidad. Intenté retenerlo, que esperara un año más, y le dije que en Chile uno hace contacto con las personas y los colegios son importante para que te den las bases cognitivas y de relaciones para lograr eso, pero él me dio buenos argumentos, así que se cambió a un colegio alternativo en donde el enfasis era la libertad de expresión. El más chico es Matías, que tiene 17 años y va en cuarto medio. Es un niño en un cuerpo gigante, el me apaña en todas las actividades que encabezo, es un niño feliz porque tiene muy lindo contacto con sus compañeros,él es muy perceptivo en lo emocional. 

Y en lo sentimental, ¿cómo está?

Estoy separada y estos años han sido más bien solitarios, lo que ha servido para darme cuenta de la materia que estoy hecha. Para estar con alguien, él tendría que seguirme en mi ritmo, lo cual es muy difícil, porque no paro.

Doctora, llama la atención su pasión en la lucha contra el cigarro, ¿usted fumó alguna vez?

Sí, por desgracia. Cuando estaba en cuarto año de medicina, pasamos la clase sobre los daños del tabaco, con las típicas fotos del cáncer del pulmón. Salí de la clase y prendí un cigarro. Quien fuera después mi marido, me dijo: “tú no entendiste nada de nada”, esa frase fue dura para mi orgullo y no prendí un cigarro hasta 10 años después. En ese instante comencé a hacer clases y poco a poco dejé de fumar por qué no cuadraba enseñar a los alumnos cómo llevar una vida saludable sin ser un ejemplo.

No sólo dejé el cigarro para tener pulmones sanos, sino que también me preocupé del peso porque fui obesa mórbida, llegué a pesar 120 kilos y hoy soy practicamente la mitad de eso. El tema era cómo soy capaz de vivir lo que predico, para mi es fundamental ser coherente.

¿Entonces, fue otra Carolina?.

Sí. Hubo un minuto en la vida en que me miré en el espejo y me dije: “qué lata lo que veo” y mis opciones eran “o mejoro o empeoro” y uno tiene que optar por un camino y luchar por ello aunque te cueste. Todas las decisiones que uno toma cuestan no son perfectas, no es fácil dejar de fumar o bajar 40, 50 kilos, pero si tienes la sensación de que al menos lo intentaste, es un aliciente. Me sometí a una operación para bajar de peso y acá estoy, cumpliendo las indicaciones que tengo que seguir para el éxito de la cirugía. En definitiva, en la vida hay que perdonarse por las decisiones incorrectas y felicitarse por las correctas. No al tabaco .

Y ¿en qué momento decidió levantar la bandera de lucha contra el tabaco?

En mi rol de profesora universitaria comencé a darme cuenta las cifras alarmantes del consumo de tabaco que tenemos en nuestro país y me impactó darme cuenta de cómo el tabaco es una conducta socialmente aceptada en Chile siendo el país con mayor índice de tabaquismo del mundo en la juventud.  El tabaco es la principal causa de muerte prevenible a nivel mundial y es responsable aproximadamente de un millón de muertes al año en las Américas. Es un factor de riesgo, afecta la salud, potencia las enfermedades respiratorias y en su gravedad, llega a matar 17.000 personas al año. Hoy existe una prevalencia de consumo de tabaco en adultos de 39 por ciento, mientras que en los jóvenes es de 35,1. Sin duda son cifras alarmantes. Así es que al pensar en que nuestros niños no tendrían un país sano, asumí este tema como bandera de lucha de nuestra sociedad de especialistas, los que estan muy involucrados y participativos. 

¿Qué llamado le haría a las autoridades al respecto?

Creo firmemente en la necesidad de cambiar el paradigma de focalizar el tema en los fumadores, y cambiar el foco hacia los no fumadores, en orden a garantizar claramente el derecho de respirar aire libre de tabaco a nuestros niños, embarazadas, ancianos etc. en la Comisión de Salud del Senado comenté que si la Ley de Alcohol evitará potencialmente 5 muertes al día, en el caso del tabaco que genera 49 muertes diarias, debería existir una conducta consecuente y legislarse en forma restrictiva. El tabaco enferma, mata, y Chile debe trazar una estrategia urgente para que los niños no comiencen a fumar a los 10 años, en quinto básico como es ahora.

Doctora, ¿es feliz?

Sí, de todas maneras. Cada día me despierto más temprano pensando en todas las cosas que tengo que hacer y considero un privilegio contar con una agenda en que ocupe mi tiempo en hacer las cosas que me gustan y hacerlas con cariño. Ahora si me preguntas qué me falta, sería estar más en mi casa, porque viajo mucho, quisiera tener más tiempo para estar y viajar con mis hijos, pero si me dan a elegir diez veces, las diez veces vuelvo a elegir la vida que tengo. 

 

Fuente: Vida y estilo - Terra.cl