La certificación de Farmacia Clínica como especialidad responde a la necesidad de asegurar la calidad de los servicios sanitarios que se entregan a la población, y es vista como un reconocimiento a la labor que desarrollan los Químicos Farmacéuticos en los distintos centros asistenciales de todo el país, especialmente en las Unidades de Pacientes Críticos, en donde se han integrado al resto del equipo de salud, nutriendo así el trabajo inter y multidisciplinario, por medio de la participación activa en labores clínicas y contribuyendo a lograr un uso más adecuado y seguro de los medicamentos para alcanzar los objetivos terapéuticos trazados para cada usuario del sistema de salud de forma integral.
Gracias al aporte que han realizado los Farmacéuticos Clínicos en las UPC, cada vez son más centros los que desean contar con este profesional en sus unidades, y gracias a la certificación de las especialidades, será posible iniciar una formación formal en las universidades del país para que todos los profesionales cuenten con las mismas habilidades y competencias, aumentando la calidad de la atención y generando un beneficio a la deuda histórica del sistema de salud en general, ya que según estudios internacionales, por medio de las funciones de este profesional, por cada dólar invertido en un farmacéutico clínico se logran ahorrar 4 dólares, principalmente por su apoyo en el manejo, prevención y resolución de eventos adversos a medicamentos.
Lograr el reconocimiento de las especialidades farmacéuticas no fue fácil, fue un largo camino que duro más de dos años, pero fue un camino que no hicimos solos, ya que siempre fuimos constantemente apoyados por los distintos profesionales de la salud con los que trabajamos día a día por nuestros pacientes, y es un paso más para que el país cuente con los suficientes especialistas en el área de la salud que estén debidamente reconocidos, capacitados y certificados.
Directorio División
Farmacia Clínica
SOCHIMI 2018